La globalización y mundialización de la economía, la innovación tecnológica y el ingreso femenino masivo a la actividad económica, son algunos de los factores más relevantes que han generado cambios sustantivos en la naturaleza, estructura, organización, cultura y división sexual del trabajo.
El empleo para toda la vida, ascendente y previsible, entra en crisis dejando lugar a la transitoriedad y los proyectos a corto plazo. El trabajo informal -mayoritariamente caracterizado por un bajo nivel de calificación y de productividad, ingresos escasos e inestables, malas condiciones de trabajo, falta de acceso a la información, los mercados, los medios de financiación y la tecnología-, pasa a constituir una parte sustantiva del empleo total. Asimismo, comienzan a perfilarse nuevas actividades vinculadas al desarrollo sostenible, a las tecnologías de la información y la comunicación, así como a las nuevas necesidades nacidas de los cambios sociales.
El empleo para toda la vida, ascendente y previsible, entra en crisis dejando lugar a la transitoriedad y los proyectos a corto plazo. El trabajo informal -mayoritariamente caracterizado por un bajo nivel de calificación y de productividad, ingresos escasos e inestables, malas condiciones de trabajo, falta de acceso a la información, los mercados, los medios de financiación y la tecnología-, pasa a constituir una parte sustantiva del empleo total. Asimismo, comienzan a perfilarse nuevas actividades vinculadas al desarrollo sostenible, a las tecnologías de la información y la comunicación, así como a las nuevas necesidades nacidas de los cambios sociales.